La realización de labores artesanas en Nevada, no sólo ha sido una manifestación cultural del pueblo, sino que ha ayudado en gran medida a amortiguar los efectos negativos que producían el aislamiento y la autosuficiencia, a veces obligada, de los pueblos. Todo lo que un hogar necesitaba se podía manufacturar en la propia casa o en talleres del pueblo: ropas, utensilios de cocina y agrícolas, muebles... Sin embargo, como en otras zonas rurales, la filosofía del consumismo y la extensión de las redes de distribución de cualquier producto a cualquier rincón de la geografía, han llevado a la práctica desaparición de muchas artesanías. Hoy día, y debido esencialmente a la aparición de las nuevas corrientes turísticas y a los neorrurales que estiman en gran medida los trabajos y el arte local, hay una paulatina recuperación de algunas de estas labores tradicionales.
Jarapas y alfombras: en los telares se confeccionaban tejidos combinando lana de diferentes colores en franjas horizontales de varios anchos, que pueden ser lisos o con dibujos, y que reproducen motivos populares: granada, gallos, flores, pájaros... En Nevada podrá encontrar jarapas multicolores y alfombras de "mota" cuyos diseños se remontan a la época árabe.
Artesanía en madera: aunque la mecanización ha llegado a las carpinterías de Nevada, aún queda algún artesano que hace mesas, sillas, alacenas, plateros, cantareras, etc.
Artesanía del esparto: Alpargatas, serones, espuertas, fundas para las botellas, paneros, etc. Actualmente la realizan algunos ancianos, más como una afición que para la obtención de rentas. Como curiosidad, destacaremos que en la Cueva de los Murciélagos de Albuñol se encontraron unas alpargatas de esparto de más de 6.000 años de antigüedad, uno de los primeros calzados de la humanidad.
